The Agencia
Venezolana de Noticias has published an article under the title “A
Manipulation Campaign that Forged a Coup in Czechoslovakia 25 years ago”.
The unnamed author claims
that “the so called Velvet Revolution” was but a coup d’état that used “manipulation
and deceit to generate a panic campaign.”
The “show” staged by the plotters against
the communist State mainly used young people and students as cannon fodder.
Through lies,
including a staged murder, the plotters achieved the fall of the government and
the rise to power of the “ultra-rightist” Václav Havel.
Behind this “Velvet Revolution”
was the United States selling its expansionist policies as non-violent
struggles against “supposed communist totalitarianism.”
The tactic was denominated
“the soft coup” (according to the article the term was invented by Gene Sharp),
and continues to be used today by the United States against “countries opposed
to the interests of Washington: Syria, Libya, China, Ecuador, Georgia, and Ukraine
among others.”
“Venezuela is also in the list of targets of
the Washington recipe,” ends the article, “Venezuela is one of the richest
nations in bio-diversity, oil, minerals, and water. This is why in the last years,
facing a sobering and independent State, the United States has used the Venezuelan
right-wing to put an end to the Bolivarian Revolution through different means.
Coups d’état, economic and media wars, and ‘non-violent and color protests’ – such as the one in Czechoslovakia
– are all part of these practices that use young people to reach their aims: to
take hold of the wealth of the people.”
Here is the complete
text in Spanish as published by AVN:
Campaña de manipulaciones fraguó golpe en Chescoslovaquia hace 25 años
Caracas, 17 Nov. AVN.-
Manipulaciones y engaño, elementos primordiales para dirigir y generar una
campaña de pánico, fueron las artimañas usadas para construir los fundamentos
que a la postre levantarían un golpe contra el Estado comunista en Checoslovaquia.
Caras jóvenes serían las utilizadas como estrategia para lograr dicho fin, la
acción fue denominada Revolución de Terciopelo, hoy también conocida como las
Revoluciones de Colores o el Golpe Suave.
En noviembre de 1989 factores políticos opuestos al Partido Comunista de la República Checoslovaca generaron las condiciones para el desmoronamiento del orden comunista establecido, utilizaron a estudiantes y una campaña de supuesta represión policial para lograr su cometido. El show tomaría su escena final en la Plaza San Venceslao de Praga, el 17 de noviembre de ese año.
Ese día, un mitin fue convocado en la Plaza San Venceslao de Praga con la supuesta intención de recordar la clausura de las escuelas superiores por los nazis. Paradójicamente, en ese lugar, los mismos que condenaban las acciones de los nazis, comenzaron a gritar consignas anticomunistas y, minutos más tarde, comenzó a regarse el rumor de una presunta represión en contra de los allí asistentes.
La mentira llegó hasta la difusión de un asesinato, que pese a que fue posteriormente desmentida, generó un levantamiento de grupos contra las supuestas acciones de la policía, lo que terminó en la caída del gobierno comunista, que terminaría con el ultraderechista Václav Havel en el poder.
Havel es hoy recordado por impulsar el ingreso de su país a la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (Otan).
La denominada Revolución de Terciopelo fue parte de las estrategias de las revoluciones de colores impulsada por Estados Unidos (EEUU) en el este de Europa, la misma se vendió como una "lucha social no violenta" contra el supuesto totalitarismo comunista y dedicada a la "exportación de la democracia", no es mas que la aplicación de una política expansionista a través del control geopolítico para administrar la dinámica económica mundial.
Hoy, EEUU continúa esa metodología de golpe suave -ideada por el estadounidense Gene Sharp- dirigida a destruir a todo aquel país, cuyos pueblos y gobiernos (especialmente los comunistas y socialistas) que se oponen a los planes de dominación mundial estadounidense, entre ellos Venezuela.
El método ha sido utilizado en cantidades de países opuestos a los intereses de Washington, Siria, Libia, China, Ecuador, Georgia, Ucrania, entre muchos otros. En Georgia, por ejemplo, comenzaron con manifestaciones supuestamente populares y espontáneas contra la "violencia". Esa misma receta se aplicó recientemente en Ucrania, la cual culminaría en un golpe de Estado perpetrado contra el presidente constitucional Víktor Yanukóvich, el 22 de febrero de este 2014.
Tras el derrocamiento fraguado por EEUU con apoya de la derecha ucraniana provocó que un gran número de ucranianos saliera a las calles para rechazar el gobierno de facto y exigir el restablecimiento del gobierno legítimo.
Posteriormente, las autoridades que tomaron el poder reprimieron a miles de ciudadanos que manifestaban su rechazo a los golpistas, operación arreció luego que el empresario y derechista Petro Poroshenko asumiera la presidencia, en junio pasado, al intensificar el envío de tropas militares en el sureste de Ucrania, en especial en Donetsk y Lugansk, regiones que declararon su autonomía de ese país mediante referendos.
Para EEUU, Ucrania representa un país estratégico para sus intereses, pues representa las puertas de Rusia, país que tiene las mayores reservas de gas del mundo y es además una potencia petrolera, lo que le es apetecible a la Casa Blanca.
Venezuela también está en la lista de los blancos de la receta de Washington. Venezuela es una de las naciones más ricas en biodiversidad, petróleo, minerales y agua. Es por ello que en los últimos años, frente a un Estado soberano e independiente, EEUU, utilizando a la derecha venezolana, ha intentado por diferentes vías dar al traste con la Revolución Bolivariana.
Golpe de Estados, guerra económica y mediáticas, así como "manifestaciones no violentas y de colores" -como las utilizadas en Checoslovaquia- son parte de esas prácticas, en las que se utilizan a jóvenes, para alcanzar sus intereses: adueñarse de las riquezas de los pueblos.
En noviembre de 1989 factores políticos opuestos al Partido Comunista de la República Checoslovaca generaron las condiciones para el desmoronamiento del orden comunista establecido, utilizaron a estudiantes y una campaña de supuesta represión policial para lograr su cometido. El show tomaría su escena final en la Plaza San Venceslao de Praga, el 17 de noviembre de ese año.
Ese día, un mitin fue convocado en la Plaza San Venceslao de Praga con la supuesta intención de recordar la clausura de las escuelas superiores por los nazis. Paradójicamente, en ese lugar, los mismos que condenaban las acciones de los nazis, comenzaron a gritar consignas anticomunistas y, minutos más tarde, comenzó a regarse el rumor de una presunta represión en contra de los allí asistentes.
La mentira llegó hasta la difusión de un asesinato, que pese a que fue posteriormente desmentida, generó un levantamiento de grupos contra las supuestas acciones de la policía, lo que terminó en la caída del gobierno comunista, que terminaría con el ultraderechista Václav Havel en el poder.
Havel es hoy recordado por impulsar el ingreso de su país a la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (Otan).
La denominada Revolución de Terciopelo fue parte de las estrategias de las revoluciones de colores impulsada por Estados Unidos (EEUU) en el este de Europa, la misma se vendió como una "lucha social no violenta" contra el supuesto totalitarismo comunista y dedicada a la "exportación de la democracia", no es mas que la aplicación de una política expansionista a través del control geopolítico para administrar la dinámica económica mundial.
Hoy, EEUU continúa esa metodología de golpe suave -ideada por el estadounidense Gene Sharp- dirigida a destruir a todo aquel país, cuyos pueblos y gobiernos (especialmente los comunistas y socialistas) que se oponen a los planes de dominación mundial estadounidense, entre ellos Venezuela.
El método ha sido utilizado en cantidades de países opuestos a los intereses de Washington, Siria, Libia, China, Ecuador, Georgia, Ucrania, entre muchos otros. En Georgia, por ejemplo, comenzaron con manifestaciones supuestamente populares y espontáneas contra la "violencia". Esa misma receta se aplicó recientemente en Ucrania, la cual culminaría en un golpe de Estado perpetrado contra el presidente constitucional Víktor Yanukóvich, el 22 de febrero de este 2014.
Tras el derrocamiento fraguado por EEUU con apoya de la derecha ucraniana provocó que un gran número de ucranianos saliera a las calles para rechazar el gobierno de facto y exigir el restablecimiento del gobierno legítimo.
Posteriormente, las autoridades que tomaron el poder reprimieron a miles de ciudadanos que manifestaban su rechazo a los golpistas, operación arreció luego que el empresario y derechista Petro Poroshenko asumiera la presidencia, en junio pasado, al intensificar el envío de tropas militares en el sureste de Ucrania, en especial en Donetsk y Lugansk, regiones que declararon su autonomía de ese país mediante referendos.
Para EEUU, Ucrania representa un país estratégico para sus intereses, pues representa las puertas de Rusia, país que tiene las mayores reservas de gas del mundo y es además una potencia petrolera, lo que le es apetecible a la Casa Blanca.
Venezuela también está en la lista de los blancos de la receta de Washington. Venezuela es una de las naciones más ricas en biodiversidad, petróleo, minerales y agua. Es por ello que en los últimos años, frente a un Estado soberano e independiente, EEUU, utilizando a la derecha venezolana, ha intentado por diferentes vías dar al traste con la Revolución Bolivariana.
Golpe de Estados, guerra económica y mediáticas, así como "manifestaciones no violentas y de colores" -como las utilizadas en Checoslovaquia- son parte de esas prácticas, en las que se utilizan a jóvenes, para alcanzar sus intereses: adueñarse de las riquezas de los pueblos.
© AVN - 2014
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