Saturday, May 3, 2014

Cuando las teorías de la conspiración nos tocan tan de cerca



“El aviador”, acusado por el Presidente Maduro, y ahora por el Ministro Rodríguez Torres, de ser el “cerebro” detrás de las guarimbas, no es otro que el padre de nuestra querida amiga y colega Lissette González.

Lissette es una respetada profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, dedicada desde hace años al estudio de los temas de estratificación, desigualdad y pobreza. Es autora de un popular blog sobre temas sociales venezolanos y columnista de varios periódicos nacionales. El tono de sus artículos es crítico pero siempre moderado y equilibrado.

El señor Rodolfo González es un piloto retirado y la madre de Lisette trabaja en una pequeña agencia de viajes propiedad de la familia ubicada en Chacao. Carecen de medios y fortuna como para financiar a “mercenarios y francotiradores”, tal como les acusa el gobierno.

A lo largo de un año he intentado en este blog mantener, no siempre con éxito, un tono desprendido y objetivo en torno a al tema de las teorías de la conspiración, tratando de evitar juzgar la verdad o falsedad de esta teorías. Pero nunca había tenido acceso tan personal y cercano a evidencias de que una de las acusaciones conspirativas del gobierno es pura y simple mentira.

He sostenido que una las consecuencias del uso político de las teorías de la conspiración es la deshumanización del otro. El oponente deja de ser entendido como un adversario político que protesta, violentamente o no, por motivos legítimos o no, y pasa a ser presentado (en cadena nacional) como un agente de malignos poderes extranjeros. Venezolanos inocentes como el señor Rodolfo González son las más recientes víctimas de una fantasía delirante construida sobre la base a un proyecto político religioso paranoico.

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